El elemento diferenciador de cualquier tipo de jamón que nos encontremos en el mercado es la grasa del mismo, tanto en lo referente a la raza del mismo porque las distintas razas porcinas depositan la grasa de forma distinta, y de la alimentación, responsable directa del tipo de grasa que los cerdos metabolizan y finalmente depositan en sus tejidos.
Así, lo que hace especial a un Jamón de Bellota 100% Ibérico Denominación de Origen Protegida Los Pedroches es la grasa del mismo, es por esto que siempre defendemos que todas las lonchas de este producto deben tener una proporción adecuada de grasa.
Esta grasa será de color blanca o rosácea.
La alimentación con bellota va a dar lugar a un alto grado de insaturación de la grasa que funde a temperatura ambiente, lo que nos va a dar un brillo alto y uniforme sobre el corte del jamón.
Estará muy infiltrada en el interior del músculo y muy desestructurada, por lo que puede no ser visible en el músculo, que sin embargo es jugoso debido a la presencia de la misma.
También es responsable de buena parte de los aromas del producto, que serán intensos y persistentes, recordando a frutos secos, tostados, corteza de pan y un característico “Olor a Curado”.
La grasa de la bellota debe ser untuosa y suave al tacto con los dedos, y capaz de fundirse en la boca, en la que nos aparecerán matices dulces.
Esta grasa también dará lugar a que nos encontremos ante un producto jugoso, intenso en sus sabores y con una persistencia alta en boca.