Nota de prensa (27/07/17).
Los Consejos Reguladores de las Denominaciones de Origen Protegidas (DDOOPP) Guijuelo, Dehesa de Extremadura, Jabugo y Los Pedroches, tras una reunión de trabajo mantenida, desean poner de manifiesto que estas cuatro Denominaciones de Origen Protegidas están registradas de acuerdo con la legislación comunitaria y que la calidad diferenciada y el origen de sus productos amparados están verificados conforme a sus respectivos Pliegos de Condiciones, siendo pioneros en la aplicación de la trazabilidad e identificación de sus jamones y paletas mediante precintos específicos numerados inviolables en diferentes colores.
En concreto, los sistemas de certificación establecidos para los productos amparados por estas cuatro DDOOPP, son una diferenciación y un valor en sí mismos por tratarse de Controles Oficiales llevados a cabo por las autoridades competentes: en Dehesa de Extremadura lo realiza la Junta de Extremadura, en Guijuelo y en Jabugo el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente y en Los Pedroches la Junta de Andalucía. De esta forma, la garantía de su calidad diferenciada está oficialmente respaldada de cara al consumidor.
Sólo una pequeña parte de los cerdos producidos anualmente en España y calificados en la categoría de “Bellota” durante cada una de las montaneras se someten y superan los controles establecidos por los Pliegos de Condiciones de las Denominaciones de Origen Protegidas. Así en la pasada montanera, un reducido 14,77% de los cerdos ibéricos de “Bellota” sacrificados en nuestro país lograron que sus piezas –jamones y paletas- estén identificadas en su etiquetado con los signos distintivos y de control aprobados por la Unión Europea para estas DDOOPP.
Recordar que un producto certificado por una DOP no sólo garantiza el origen del producto, sino también su proceso de elaboración y por lo tanto la seguridad de adquirir un producto que ha superado toda una serie de controles antes de estar a disposición del consumidor.
A continuación, han expresado que siempre han entendido que en los mercados nacional e internacional tienen cabida todas las calidades que los ganaderos e industriales quieran comercializar, pero que cada designación de calidad debe llamarse por su nombre de forma transparente evitando así cualquier inducción a error al consumidor.
Y, en último lugar, han afirmado que la protección del término “ibérico” tanto a nivel nacional como internacional es una prioridad, pero si el sector optase por una figura de calidad diferenciada para su defensa, ésta tendría que ser congruente respecto a la alimentación, a la raza y al territorio ya contemplado por la legislación vigente en la Unión Europea.